domingo, 9 de octubre de 2011

¿SABIAS QUE...?

Cristo del Claustro, "Su Majestad"



Cuando antiguamente nuestra ciudad era asolada por epidemias, sequías, plagas o la guerra las imágenes de nuestras Vírgenes, Cristos o Santos eran sacados en procesión para pedir que estas desgracias cesaran. San Roque y San Sebastián fueron sacados en procesión en 1685 con motivo de la peste que asolaba nuestra ciudad.
Durante los tiempos de sequía se realizaban rogativas a la Virgen de Bótoa y era llevada al altar mayor de la catedral donde cabildo y ciudad celebraban novenarios y misas. Después era trasladada a su ermita en procesión. Si la sequía continuaba se trasladaban a la catedral las imágenes de la Virgen de Bótoa, La Soledad y San José como copatronos de la ciudad.
Ntra Sra. de la Consolación tambien fue sacada en ocasiones para pedir lluvias.

“Buceando” un poco en la historia de nuestra ciudad he podido encontrar este curioso relato anónimo que paso a reproduciros tal cual. Se narra la salida en procesión del Cristo del Claustro de la Catedral (IMAGINERIA OLVIDADA I) en tiempos de sequía. El Cristo del Claustro era reservado para épocas de gran sequía y solo había salido por este motivo en 1683 por lo cual este hecho podría haber ocurrido en 1715. Cuando su autor se refiere al Cristo lo hace llamándolo “Su Majestad”, lo que nos da una idea del respeto y devoción que le tenían los fieles de Badajoz.






“(…) La seca continuaba y los campos lo sentían y los ganados no tenían que comer. La Ciudad volvió a instar en 4 de abril se hicieron unas rogativas y se sacó al Santísimo Cristo del Claustro, se puso en andas, Domingo de Pasión, 7 de Abril; colócose en la capilla de la antigua (...) Se sacó a Su Majestad en procesión por las calles de San Juan, Aduana Vieja, plazuela de la Soledad a Santa Ana y Santa Lucia, calle de Rebolla y Santo Domingo y por la calleja que atraviesa a la calle del Pozo a San Onofre y las Descalzas y por la calle de Ñame a la Iglesia(...). Para el día siguiente se colocó a Su Majestad en el presbiterio, al lado del Evangelio, y a Nuestra Señora de Botova al lado de la epístola (...). Se cantaron las letanías, sin música, después las preces y oraciones, a que seguía la misa conventual con la colecta pro pluvia. Asistió a todo la Ciudad, y los cuatro días últimos llovió que fue maravilla. “

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