ANDARES, PASOS, ESTILO Y VOCABULARIO DE LOS COSTALEROS I :
DE COSTERO A COSTERO: Es el andar lento, acompasado y pausado, meciendo poco a poco y de manera uniforme todo el Paso, sin alabearlo ni inclinarlo. Suele ser andar majestuoso de grandes Pasos de Misterio, y más preferentemente de los llamados de Tribunal (Es paso muy característico de La Sentencia de La Hermandad de La Macarena).
PASO GATEAO: Es el andar de frente a ritmo de la músicas. Es bastante más espacioso que el llamado “Paso sobre los pies”, y sensiblemente más corto que el Paso largo. Se llama así por la flexibilidad y armonía con que suelen andar los felinos, y de entre ellos, el gato.
SOBRE LOS PIES: Es un paso muy corto, ligero e insinuado, menos espacioso que el “gateao”, pero sin mecer el paso. El Paso así llevado, apenas avanza, y el trabajo es sublime, pesado y maravilloso. La mole se deja sentir sobre los costaleros, mientras sus pies, casi se fijan al suelo, y el Paso, avanza milímetro a milímetro.
PASO LARGO: Es el andar habitual, y sin adorno, de los costaleros. Generalmente, cuando La Banda acaba de interpretar alguna Marcha, y queda solo a toque de tambor. Hay que distinguirlo del paso racheao, o del paso de mudá, porque es más rítmico, abriendo más las piernas.
PASO RACHEAO: Es el que Manuel Bejarano creó para llevar al Señor del Gran Poder, de forma que parece que va andando por la calle. Es paso arrastrando las alpargatas. Muy abierto, rítmico, sobrio y acompasado, sin mover las andas ni a derecha ni a izquierda. Dejando sonar el racheo a arrastre de las suelas por el suelo. Los pies, reptan mas que andan.
PASO DE MUDÁ: Es paso sin formalidades ni adornos. No se usa en la Procesión, y solo lo llevan los costaleros en los traslados de las parihuelas hasta el Templo, para armar o guardarlas una vez desarmado. A veces, en la calle, por una repentina lluvia o cualquier inesperado evento o suceso, el capataz manda a su cuadrilla, lleva Paso de Mudá, para quitarlo pronto del lugar o de la calle. PASO ATRÁS: Tampoco se ejecuta en la calle, a menos de que surja un imprevisible suceso u obstáculo que haya de sortearse. El paso atrás, solo lo hacen los costaleros dentro del Templo, para ajustar, meter y dejar el paso, en una nave o Altar.
ANDAR: Se llama así a llevar un paso en la calle. No debe decirse jamás que “...un paso marcha”, porque marchar es algo mecánico; sino que un paso “... anda y anda bien...” porque andar es humano, y los pasos van sobre pies, corazones y mucho amor de humanos.
PASEARSE, LUCIRSE, SABER ANDAR: Se usa en el argot cofradiero, y se dice cuando un Paso se recrea y luce en la suerte de ser llevado a compás de la música, o simplemente en la tenebrosa situación del silencio, levantando pasiones entre el publico...
MECER, MECIDA o MECÍA: Es una suerte, de frente y a compás de la música. La mecida, nunca debe ser zarandeo ni descomposición del ritmo, ni del Paso, sino una cadencia, en el pentagrama sinfónico que componen los costaleros con la calle, para que todo el Paso o Palio que llevan encima, sea un instrumento mas de la música, y mueva a emociones y escalofríos sin limites. Un palio “bien mecío” es aquel que no zarandea los varales, ni flores ni candelería, sino que solo hacen moverse levísimamente a las bambalinas, besando suave y dulcemente los varales, de manera graciosa y acompasada con la música.
CIMBRAR o CIMBREAR: Es sinónimo de Mecida, aunque para algunos, es una mecida muy cortita y más rápida. De todas maneras, este vocablo, no suele usarse en el argot costaleril.
LEVANTÁ: Se llama así al mágico y equilibrado instante de levantar un paso, sin descomponer la figura ni su arquitectura, sino con la belleza esperada y escalofriante de verlo ponerse en movimiento. Las “levantás” suelen ser de varios tipos: LEVANTÁ AL TIRÓN: Es aquella en que después de que los costaleros hayan descansado brevemente en la parada, se acoplan cada uno en y sitio, ajustan la cerviz con el costal, mediante breves movimientos de cabeza, y se apresta a que el capataz, tras las ordenes y ánimos, dé el definitivo toque de martillo o llamador. Es una LEVANTÁ uniforme, con los cuatro zancos a la vez, y de forma rectilínea de abajo a arriba. La “levantá al tirón”. suele ir acompañada de una voz animosa, como “¡...al Cielo...!” o “¡¡...Al cielo con Ella...!!” según la tradición de aquel capataz que fué Ricardo Gordillo Díaz, conocido con “El Balilla”.
LEVANTÁ AL MARTILLO: Es propia de pasos y Hermandades de Silencio, donde el capataz prácticamente no habla a sus costaleros, y si alguna vez lo hace, son simples indicaciones a voz muy queda. El levantar los pasos, se hace solo al toque de llamador o martillo, generalmente al “tercer golpe”.
LEVANTÁ A PULSO: Para hacer esta levantá, generalmente de enorme trabajo y lucimiento, el capataz lo advierte primero a sus costaleros, y éstos juntan los pies, meten los riñones, y al tercer golpe de llamador, comienzan a levantar el paso centímetro a centímetro, sin moverlo de un lado a otro; sencillamente aguantando todo el peso con una sincronización verdaderamente conmovedora. Se da el caso de parar el paso, también a pulso, o mantenerlo parado sin tocar los zancos el suelo, sino sobre los costaleros, en el aire y sin moverlo. A veces estas ARRIÁS A PULSO, son tan magistrales, que no es posible distinguir si el paso está apoyado en el suelo o no. ( por ejemplo, el Señor de los Gitanos)
LEVANTÁ A PULSO ALIVIAO: Es la levantá a pulso, pero sin esa milimétrica lentitud, sino algo más liviana y ligera.
LEVANTÁ AL TAMBOR: Dicen que la creó el capataz Salvador Dorado “El Penitente”. Es aquella, donde los costaleros, previamente advertidos por el capataz, se colocan con el pie izquierdo adelantado y muy atentos. Comienza entonces una levantá a pulso, donde se mece el paso de “costero a costero”, y es entonces cuando La Banda de Música, arranca una Marcha, hasta culminar con el paso arriba, y a compás de la misma. Es una levantá vistosísima, y muy difícil de realizar.
PRIMERA LEVANTÁ: El la primera que se hace en el interior del Templo, para iniciar definitivamente la salida a la calle. Suele ser costumbre, que en honor o atención a una persona, o memoria de un personaje y en recuerdo y homenaje del mismo, el capataz advierte a sus costaleros, que esta persona o por esa memoria se va a levantar el paso. Cede entonces el llamador a esa persona, y ésta lo descarga por tercera vez, levantándose el paso.
En la proxima entrada seguiremos con meter los riñones, llamarse, enfriarse y otros terminos.
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